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Mostrando entradas de diciembre, 2024

Momentos desdibujados

  En el silencio de la noche,   las palabras danzan en mi mente,   un susurro que se aferra,   un deseo de soltar,   pero el amor pesa más que el adiós.   Miro tus ojos, espejos de lo que fue,   recuerdos que brillan y duelen,   cada risa, cada lágrima,   como estrellas en un cielo oscuro,   y en su luz, me pierdo.   Quisiera encontrar la salida,   desdibujar los momentos,   pero el eco de tu voz   resuena en mi pecho,   y el amor se aferra como sombra.   Las horas se arrastran,   y el futuro se dibuja borroso,   la razón grita, pero el corazón,   el corazón se aferra a la esperanza,   a lo que aún somos,   aunque el desgaste nos quiebre.   Decir adiós se siente como un crimen,   como cerrar un libro sin final,   pero en este laberinto de emociones,   el amor se enreda,   y me quedo, atrapada entre l...

Compañeros de sueños

 En cada paso que des, estaré a tu lado,   como sombra fiel que nunca se aparta,   en las risas y en las lágrimas,   seré el refugio que tu corazón espera.   Cuando el mundo te agobie con su peso,   en mis brazos hallarás calma y consuelo,   seré la voz que te anima a seguir,   el faro que ilumina tu camino a seguir.   Quiero ser el eco de tus sueños,   la mano que sostiene tus anhelos,   cada meta que persigas,   seré el viento suave que te impulsa a volar.   En las noches de soledad,   cuando la luna sea testigo de tus pensamientos,   sabrás que en mi pecho hay un hogar,   donde siempre serás bienvenido, sin más.   No solo quiero recibir, sino dar,   ser la compañera que nunca se rinde,   en cada desafío que la vida traiga,   te prometo que juntos lo enfrentaremos.   Así, en este via...

El eco de nuestro amor

 En la brisa suave de un atardecer, donde el sol se despide con un abrazo dorado, mi corazón susurra tu nombre, y el deseo de tenerte se vuelve un eco eterno. Caminamos juntos, entre sueños y risas, te miro y en tus ojos encuentro un universo, cada instante a tu lado es un regalo, un rincón de paz en este caos . Quiero compartir el silencio de las noches, las historias que se entrelazan en cada mirada, la complicidad de un gesto, la calidez de una mano que busca la mía. Quiero construir un hogar en tu risa, tejer momentos con hilos de confianza, ser refugio en las tormentas, y celebrar cada día como una nueva vida. Quiero danzar en la lluvia, perderme en la música de nuestras almas, ser testigo de tus sueños, y apoyarte en cada paso que des. Quiero todo con vos, los pequeños detalles y las grandes aventuras, las dudas que se disipan en tus abrazos, y la certeza de que juntos somos más. En cada latido, en cada suspiro, mi amor crece, se expande, se transforma, y en este deseo sincer...

Indiferencia

 Muero por ti indiferencia, por el silencio que se aferra, por el eco de tus pasos, que resuenan en el vacío... Cada gesto que ignoras, es un latido que se apaga, una sombra que se extiende, un susurro que se pierde. En el rincón de mis pensamientos, te busco entre las sombras, pero solo hallo la ausencia, la fría brisa de tu desdén. Las palabras no pronunciadas, se convierten en cadenas, que arrastran mis esperanzas, y las sumergen en la niebla. Muero por tu indiferencia, por el mundo que construyes, donde no hay lugar para mí, donde el amor se desvanece. Y aunque el sol siga brillando, y la vida fluya constante, en este abismo de silencios, mi corazón se siente errante.

Ecos de un corazón

 En el susurro del viento, un latido se desliza, como sombras danzantes, en la oscuridad de la noche. Recuerdos flotan, como hojas en un río, cada uno un fragmento, de un amor que fué. La soledad se asienta, en la piel de la memoria, y las risas perdidas, resuenan en la distancia. Un abrazo que nunca se dió,  un te quiero atrapado, en la bruma de lo que pudo ser, se convierte en un eco persistente. Las estrellas observa, testigos silenciosos, de sueños compartidos, que se desvanecen en el tiempo. Y en cada latido, la esperanza renace, como un nuevo amanecer, que desafía a la sombra. Ecos de un corazón, que aún busca su voz, en el vasto universo, donde el amor nunca muere.

En la eternidad de tu abrazo

En la sombra de tu ausencia, camino por senderos de recuerdos, dónde tu risa aún resuena. y tus consejos son ecos que abrazan mi ser. Fuiste el faro en mis tormentas, la mano que guiaba mis pasos, en tus abrazos encontré refugio, y en tus palabras, la fuerza para soñar. Recuerdo las tardes compartidas, y las charlas profundas bajo el cielo estrellado, y cómo tus ojos brillaban, cuando hablábamos de futuro, de esperanzas que danzan como hojas al viento. Tu amor que nunca se rompe, un hilo invisible que me sostiene, y aunque la distancia me duele, siento tu presencia en cada susurro del viento. Hoy, alzo mi voz en silencio, te honro en cada paso que doy. en cada elección que me define, en cada rayo de sol que acaricia mi piel. Porque aunque ya no estés, tu esencia vive en mí, y en cada acto de bondad, te encuentro querido papá, en la luz que nunca dejó de brillar.

Susurros en la penumbra

 En la penumbra de la tarde, ella teje sueños con hilos de susurros, su mirada se pierde en el horizonte, donde él camina, ajeno, entre risas que no le pertenecen. Ella, es un océano de anhelos, surcando olas de un amor no correspondido, cada latido es un eco de su voz, cada pensamiento es un destello de esperanza, aunque sabe que el sol no siempre vuelve. La brisa acaricia su piel, como un abrazo que nunca llega, y su corazón , un pájaro enjaulado, canta canciones de un amor imposible, mientras que el reloj marca sólo  horas vacías. A veces, se asoma al abismo de su tristeza, un laberinto donde las sombras juegan, y se pregunta si algún día, las estrellas entenderán su dolor, o si el tiempo implacable , se llevará sus deseos al viento. Pero en su pecho, una chispa persiste, una luz ténue que no se apaga, y auqnue sus pasos parecen errantes, ella sigue esperando, con la esperanza de que en algún rincón . su amor sea escuchado, aunque él nunca lo sepa...

Sueños de amor silencioso

  En un rincón del alma, ella sueña. con palabras susurradas en la brisa, mientras que el sol se oculta tras las sombras, y su corazón anhela lo que no se acerca. Ella lo observa, perdido en su mundo, donde los colores parecen más brillantes, donde las risas son ecos de un tiempo que no le pertenece, que es sólo un espejismo. Cada mirada suya es un poema no escrito, un suspiro ahogado en la distancia, un deseo que florece en el silencio, como una flor que se aferra a la piedra. El camina ajeno a su fuego interno, sin darse cuenta del amor que lo rodea, mientras ella se sumerge en sus pensamientos, tejiendo sueños donde él es el protagonista. Para el amor no siempre se encuentran respuestas, y en ese laberinto de emociones calladas, ella aprende a mirar hacia adelante, a encontrar en el desamor una nueva fuerza. Así, con el tiempo, su corazón se transforma, en un jardín donde brotan esperanzas...