Un gesto
Basta un gesto para enamorarnos de por vida, un gesto que penetra hondo y se instala en un lugar profundo, donde habitan las huellas antiguas. Un gesto... ... los sentimientos juegan su historia a espaldas de nosotros, y en esto del amor basta un gesto imperceptible que se convierte en un paraíso por un rato. Un gesto, que nos invita a ver las estrellas, cuyo brillo opaca la angustia y habita en la memoria. Con un gesto, con una mirada, tan simple como eso basta para amar por siempre y transitar la vida con gran esperanza. Eludir el olvido, y vivir en un deseo constante. El amor nos obliga a aceptar el reto, promesas tranquilizadoras, en algún lugar descansado, sin espinas, desbordando de aliento la vida.