Un gesto

 Basta un gesto para enamorarnos de por vida,

un gesto que penetra hondo

y se instala en un lugar profundo,

donde habitan las huellas antiguas.

Un gesto...

... los sentimientos juegan su historia

a espaldas de nosotros, 

y en esto del amor basta un gesto imperceptible

que se convierte en un paraíso por un rato.

Un gesto,

que nos invita a ver las estrellas,

cuyo brillo opaca la angustia 

y habita en la memoria.

Con un gesto, con una mirada,

tan simple como eso

basta para amar por siempre

y transitar la vida con gran esperanza.

Eludir el olvido,

y vivir en un deseo constante.

El amor nos obliga a aceptar el reto,

promesas tranquilizadoras,

en algún lugar descansado,

sin espinas, desbordando de aliento

la vida.


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