Intuición

 Cuando te conocí, confié en mi intuición,  

una chispa vibrante cruzó el aire,  

como si el universo se detuviera  

para darnos un instante eterno.


Tus ojos, espejos de historias no contadas,  

y tu sonrisa, un refugio inesperado,  

despertaron en mí sensaciones olvidadas,  

cada palabra, un eco de mi propia voz.


Caminar a tu lado fue descubrir caminos,  

senderos de risas y silencios compartidos,  

la complicidad en cada gesto,  

una danza sutil, sin necesidad de ritmos.


El tiempo se desdibujó en nuestras conversaciones,  

y en la suavidad de un abrazo,  

entendí que las almas se reconocen,  

más allá de las palabras, en la profundidad del ser.


Ahora miro hacia atrás y veo ese instante,  

la certeza de confiar en lo intangible,  

un encuentro que transforma,  

una conexión que trasciende lo físico.


Así, cuando te conocí,  

mi intuición se iluminó,  

y en ese destello,  

supe que había encontrado un rincón del alma.

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