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Mostrando entradas de enero, 2025

" El río de tu apoyo "

Sos el sol que ilumina un jardín de flores que abraza mis sueños. el susurro de tu voz es la brisa que me invita a crecer. Sos el faro en la tormenta, un puerto seguro. donde anclo mis temores.  Tu apoyo , como un río caudaloso, fluye a través de mis días, llevándose las piedras que solía cargar. Cada sascrificio tuyo es un ladrillo en la fortaleza que me rodea,arropándome  en tiempos de incertidumbre. Tus enseñanzas, semillas en la tierra del alma, brotan como frutos cuando el reto es mayor,  recordándome que la lluvia también es necesaria, para que florezca la esperanza. Ahora, en este sendero que transitamosjuntas, nuestras risas son melodías que pintan el aire, y en los días grises tu abrazo, es el arcoiris  que rompe con la rutina. Te miro y veo un reflejo; mi espejo de amor y valentía. Juntas tejemos la historia de nuestras vidas, cada hilo un momento compartido, cada color un nuevo recuerdo...

Raíces de tu voz

 Fuíste el surco que ordenó mis pasos, la sombra que no ahogaba, sino que dibujaba horizontes. En tu silencio, aprendí a escuchar el lenguage del viento. Ahora , tu asusencia es un reloj sin manos, pero tu risa persiste en el crugir de la madera, el aroma de un mate mañanero, en cada semilla que siembro y que se niega a morir. Papá, hasta el aire lleva tu nombre cuando sopla : me hablan los ríos de tu terquedad las montañas de tu calma infinita. No lloro lo que se fué : sino que celebro lo que se quedó a fermentar en mi sangre, sos la brújula rota, que aún señala mi norte. Y aunque el otoño borre tu huella sé que caminas en el latido que me empuja hacia adelante, en cada elección, en cada " gracias " que no dije y hoy germina. Descansá , pero no calles : sigue habitando en las raíces de mis dudas, en la savia tenaz de mis preguntas...

Memoria del tiempo

 En el susurro de las horas, donde los recuerdos se entrelazan, camino por senderos de momentos compartidos, cada paso, una huella en la arena del tiempo. En los ojos que se encuentran,  hay una historia que no se cuenta,  una conexión profunda, un eco de risas, una calma en medio del ruido del mundo. Los días pasan, y con ellos, las estaciones cambian, pero hay un refugio en el corazón, donde las memorias brillan con luz propia. Son las tardes en las que el tiempo se detiene, los silencios cómodos que no necesitan palabras, las miradas que hablan por sí solas, cada instante se graba en la piel. Y aunque las páginas se vuelvan amarillas, y el viento sople con fuerza, hay un rincón en el alma donde su eco siempre perdurará. Así, en este viaje sin fin, las memorias del tiempo nos abrazan, tejiendo un lienzo de suavidad, donde el amor florece en cada rincón.

Sin filtros

 En la vastedad de un cielo desprovisto de nubes,   donde cada estrella es una verdad desnuda,   mi amor se despliega, un lienzo sin filtros,   un paisaje crudo de emociones a la intemperie.   Los colores vibran, intensos,   cada trazo es un susurro que desafía la sombra,   la fragilidad de un corazón expuesto   a la luz de la autenticidad.   En cada rincón se esconden los matices,   las sombras que danzan en sincera complicidad,   no hay retocadas sonrisas,   solo la belleza de lo imperfecto.   Así como un río que fluye sin reparos,   mi amor se desliza, libre y salvaje,   abrazando la corriente de lo real,   perdiéndose en la profundidad de lo sincero.   Los ecos de las palabras son suaves,   como la brisa que acaricia un campo abierto.   Ahí, en ese espacio sin filtros,   resuena la claridad ...

Retrato de un alma

A ti, que habitas mis pensamientos,   te miro y en ti encuentro la calma,   como un faro en la tormenta,   en este rincón del alma   donde las dudas se disipan   como niebla ante el amanecer.   Te pido, sin adornos,   que me veas tal cual soy,   un lienzo de colores vivos   y sombras que danzan en la penumbra,   mis risas son ecos de un pasado,   mis lágrimas, ríos que buscan el mar.   Soy un paisaje en constante cambio,   un bosque en el que las estaciones conversan,   un río que fluye sereno y a veces desbordado,   me abrazan mis heridas,   como raíces que se aferran al suelo,   me acompañan mis sueños,   como estrellas que guían mi camino.   Acepta mis imperfecciones,   mira las cicatrices como mapas,   marcas de historias vividas,   como ramas que se entrelazan,...

Refugio de tempestades

No pidas paz a mis brazos,   pues en su abrazo habita el fuego,   la chispa de la locura,   que enciende pasiones ocultas   como estrellas errantes en un cielo sombrío,   donde la luna titila en complicidad.   Mis labios son un laberinto   donde se pierden los susurros,   y cada palabra es un eco,   un grito ahogado en la noche,   en el vaivén de la brisa furtiva   que danza entre sombras y luces.   Quiero la intensidad,   la tormenta que arrastra,   las risas desaforadas   como relámpagos en el horizonte,   las miradas que rompen el silencio   y hacen temblar los cimientos de la razón.   No anheles calma en este torrente,   porque en la locura florece la vida,   y en el abandono de los sentidos   hallamos la verdad de nuestro ser,   donde cada latido es un verso, ...

Navegando tormentas

 En la calma de un susurro,   donde el sol acaricia nuestros días,   temo el eco distante de las tormentas,   las nubes oscuras que amenazan   con descargar su pesadez. No quiero que el diluvio   rompa el silencio suave   de nuestras risas compartidas,   ni que las aguas arrastren   los sueños que hemos tejido,   con hilos de ternura. Cada palabra, un refugio,   cada abrazo, un puerto,   y aunque el cielo se oscurezca,   yo elijo la luz que hemos creado,   la chispa que a veces titila,   pero nunca se apaga. Que las lluvias no sean torrentes,   sino suaves momentos,   gotas que refrescan,   no que inundan.   Quiero caminar descalzos   en la playa de la confianza,   sintiendo la arena firme   bajo nuestros pies,   no el agua que amenaza   con llevarse lo qu...

La brevedad del gesto

Yo quiero la brevedad del gesto,   el instante que fluye,   donde el tiempo se detiene   en la carcajada de un niño,   en el parpadeo de un instante,   como las hojas que caen,   danzando en el aire,   sin rumbo ni final. Quiero la mirada que se encuentra   y se sostiene en silencio,   un espejo donde dos mundos   se reflejan con ternura,   sin necesidad de palabras,   con una complicidad   que solo las almas comprenden,   como el roce de una brisa   que acaricia la piel. Deseo el susurro del día,   un amanecer sin prisa,   donde el sol se despereza   entre el murmullo del alba,   donando luz a los sueños   que aún flotan en el aire,   como mariposas doradas   que buscan su destino. El sabor de un café compartido,   la calidez de una mano que se aferra, ...

Sin condiciones

  Sin condiciones te amo ,porque en tus ojos encuentro la calma,  un refugio silencioso donde las tormentas se desvanecen.  Tus palabras son ecos de un entendimiento profundo,  un lenguaje que solo nuestras almas comprenden.    Te amo porque en cada amanecer,  el roce de tu presencia llena el aire de significado,  y el tiempo se detiene,  mientras el mundo se tiñe de colores que antes no conocía.    Te amo por tus risas,  que son melodías suaves en la incertidumbre,  y por tus lágrimas,  que me enseñan la fragilidad de ser humano.    Te amo porque en la simplicidad de lo cotidiano,  en los gestos pequeños,  encuentro la grandeza de lo que somos,  un universo entrelazado de sueños y realidad.    Te amo por la forma en que desarmas mis miedos,  como un sol que quita el frío de una noche larga,  y por el abrazo que transforma el aire en hogar,  donde cada latido resue...

De otro mundo

  Vienes de otro mundo,   un lugar donde los sueños flotan   en el aire con una ligereza   que desafía la gravedad.     Tus ojos son espejos de nebulosas,   caminos por donde viajan las estrellas,   y tu voz, un susurro entre galaxies,   acaricia el silencio con su eco.     Despertaste en un instante,   un parpadeo del tiempo,   y la tierra te recibió   con brazos abiertos,   mientras el viento danzaba   entre los árboles,   susurrando secretos ancestrales.     Cada paso que das   es un poema no escrito,   una huella que se funde   con el latido del planeta,   una melodía de colores,   un abrazo entre mundos.     Vienes de otro mundo,   y en tu mirada   se enciende la chispa   de lo desconocido,   una promesa de infinitas posibilidades,   un recordatorio de que vivir   ...

Intuición

 Cuando te conocí, confié en mi intuición,   una chispa vibrante cruzó el aire,   como si el universo se detuviera   para darnos un instante eterno. Tus ojos, espejos de historias no contadas,   y tu sonrisa, un refugio inesperado,   despertaron en mí sensaciones olvidadas,   cada palabra, un eco de mi propia voz. Caminar a tu lado fue descubrir caminos,   senderos de risas y silencios compartidos,   la complicidad en cada gesto,   una danza sutil, sin necesidad de ritmos. El tiempo se desdibujó en nuestras conversaciones,   y en la suavidad de un abrazo,   entendí que las almas se reconocen,   más allá de las palabras, en la profundidad del ser. Ahora miro hacia atrás y veo ese instante,   la certeza de confiar en lo intangible,   un encuentro que transforma,   una conexión que trasciende lo físico. Así, cuando te conocí,  ...

Contradicciones

  En el rincón de mis pensamientos,   donde el silencio pesa como una sombra,   habita el deseo de un camino distinto,   de un adiós que se aferra como raíces.     Miro tus ojos, espejos de un pasado,   y encuentro el eco de risas compartidas,   pero el tiempo ha tejido, con hilos de duda,   una tela que envuelve nuestros días.     Hay un peso en mi pecho, una batalla sorda,   entre el anhelo de libertad y el lazo sagrado.   Quisiera desatarme de este abrazo,   pero el amor, a veces, actúa como un ancla.     Recuerdos que asoman, como hojas en otoño,   susurros de promesas que el viento llevó,   cada instante vivido, una chispa que arde,   pero la llama consume lo que somos hoy.     Afuera, el mundo gira, indiferente,   y yo me encuentro en esta danza de contradicciones,   deseando saber si hay vida más allá,   o si perders...

Quedate conmigo

  ¿ Te querés quedar conmigo ? Te amo las 24 horas   de los siete días de la semana,   un amor que se despliega   como un paisaje sin fin,   en el alba y el ocaso,   en el susurro de la brisa.     En cada momento compartido,   en las risas y en los silencios,   mi corazón late,   te busca, te encuentra,   y se aferra a la belleza   de esta conexión.     ¿Querés quedarte   conmigo?   Es una invitación sincera,   un deseo de entrelazar nuestras vidas,   de construir juntos   un refugio en el caos,   de compartir sueños y tiempos.     Porque amarte es un viaje,   un presente constante,   una danza en la que   cada paso cuenta,   cada mirada cuenta.     Así, en este espacio   donde solo existimos vos y yo,   te ofrezco lo más verdadero:   mi amor, mis horas,   mi de...

Latidos

  En la penumbra de un atardecer,   mis latidos van a mil por segundo,   cada paso se siente como un eco,   cada suspiro, un instante suspendido.   Las sombras se alargan,   el viento susurra secretos,   y en el silencio,   tu risa resuena,   como faro en la bruma de mi ser.   Sólo contigo quiero caminar,   por senderos de sueños compartidos,   donde el tiempo se detiene   y los mundos se encuentran,   donde las palabras son innecesarias,   y el latido del corazón lo dice todo.   Las estrellas empiezan a asomarse,   y en su luz,   descubro reflejos de lo que somos,   un viaje sin final,   una promesa que se dibuja   con cada paso en este rincón del universo.

Ecos

  Ecos de risas perdidas,   susurros de un tiempo lejano,   flotan en el aire,   como hojas secas arrastradas por el viento.     Recuerdos de juegos en la tarde,   donde el sol se filtraba entre los árboles,   y la inocencia era un refugio,   un puente hacia la eternidad.     Carcajadas que danzan,   entre sombras y luces,   cuerpos en movimiento,   en una coreografía de alegría.     Allí, en esa hora dorada,   los problemas se disolvían,   y el mundo era un lienzo en blanco,   esperando ser pintado con sueños.     Pero el tiempo, viajero incansable,   lleva consigo lo que fue,   dejando solo la bruma,   de lo que un día fue risa.     Miro hacia atrás,   perdiéndome en el horizonte,   en la búsqueda de esos ecos,   que aún resuenan en mi pecho.     Las risas vuelven en fragme...

Encrucijada

  En el rincón de mis pensamientos,   donde el silencio pesa como una sombra,   habita el deseo de un camino distinto,   de un adiós que se aferra como raíces.     Miro tus ojos, espejos de un pasado,   y encuentro el eco de risas compartidas,   pero el tiempo ha tejido, con hilos de duda,   una tela que envuelve nuestros días.     Hay un peso en mi pecho, una batalla sorda,   entre el anhelo de libertad y el lazo sagrado.   Quisiera desatarme de este abrazo,   pero el amor, a veces, actúa como un ancla.     Recuerdos que asoman, como hojas en otoño,   susurros de promesas que el viento llevó,   cada instante vivido, una chispa que arde,   pero la llama consume lo que somos hoy.     Afuera, el mundo gira, indiferente,   y yo me encuentro en esta danza de contradicciones,   deseando saber si hay vida más allá,   o si perders...

El peor de tus pecados

  Soy el eco de tus noches   cuando el silencio se enfría,   soy la sombra que se escapa   entre risas y promesas.   Soy el susurro ,   la nota disonante   que se cuela en tu pecho,   el silencio pesado que pesa.   Soy la falta en el atardecer,   la mirada que se pierde   en la oscuridad de un recuerdo   que nunca se olvida.   Soy el viento que te abraza   y te deja un sabor amargo,   el desliz en la esquina,   la duda que te consume.   Soy el pecado oculto,   la tentación en tu camino,   el que no se perdona,   el que siempre vuelve.   Soy el reflejo en el mar, la memoria que no cesa,   la ladrona de tus sueños   que se esconde en la niebla.   Soy, en fin, el peor de tus pecados,   el que no se admite,   el que vive en tu pecho,   el que nunca se olvida.

Susurros de un tango

  En el rincón de mis recuerdos,   donde el sol se desliza lento,   y el mate humea en la tarde,   te busco en cada sombra.   Daría todo,   hasta el último sorbo ,   por sentir tus labios,   ese roce de piel que titilaba,   como un tango en la boca,   un abrazo que duraba más que el tiempo.   Las calles de este barrio,   tan llenas de risas y murmullos,   me gritan tu nombre,   y en cada esquina,   el eco de nuestras charlas,   se mezcla con el canto de los pájaros.   Extraño la calidez de tus manos,   cuando se enredaban en mi cabello,   y el susurro de tus palabras,   que se deslizaban suavemente,   como un río que acaricia la tierra.   Daría todo por un instante,   un instante que regrese,   donde el mundo se detiene,   y solo existimos nosotros,   como antes,   sin prisa,   sin ruido,...

Danza interminable

En la bruma de un atardecer oculto,   mi corazón, danza contradiciéndose,   entre los ecos de risas y susurros,   entre el espejo   y el silencio de la tarde.   Las calles empedradas llevan historias,   y se van acabando los días,   sin tregua, como un río que no se detiene,   como el viento que se cuela entre las sombras.   Quizás se esté apagando,   el tiempo de la espera.   Pero hace muchas lágrimas que no entiendo,   como el sabor amargo de un café frío,   como las promesas que se desvanecen en el aire.   En cada esquina, un recuerdo,   en cada mirada, una pregunta,   y en el fondo de mi ser,   la certeza de que aún hay vida   en este vaivén de emociones.   Las canciones que hablan de desamor   resuenan en el alma,   las estrellas titilan sobre el río,   y en cada latido, un suspiro,   una esperanza que se aferra con f...